En el verano
Prueba a hacer una terapia marina al menos una vez al mes.
Bañate en la playa y nada durante al menos 10 minutos (moviendo brazos y piernas). Zambúllete en el agua totalmente y durante el día intenta no retirar la sal de tu piel hasta la noche, así ayudarás a que tu piel absorba mejor las sales marinas.
Pasea descalzo/a por la orilla de la playa. La arena masajea y exfolia tus pies. Te relaja al mismo tiempo que tonifica tus articulaciones.
Prueba a hacer ejercicios de respiración profundos mientras paseas. Esto te ayudará a calmar la ansiedad y el estrés.
En invierno
En los meses de frío simplemente respirar la brisa fresca del mar, es algo lleno de efectos beneficiosos para tu salud. Y caminar descalzo te aportará mayor bienestar, ya que el contacto de tus pies con la arena, tiene efectos sedantes que aliviará tu estrés y te relajarán. Ayudando a evitar la aparición de varices.
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