Ir a la playa no solo es un simple ritual para broncear nuestra piel, se trata más bien de toda una experiencia. La brisa nos relaja, el contacto con la arena y la naturaleza nos hace sentir bien pero sin duda lo mejor de todo es bañarnos en el mar en medio de un día de calor y refrescarnos. Esta zambullida tiene diversos beneficios para la salud
La de veces que habremos oído lo buena y saludable que es el agua del mar. “Bañarnos en la playa lo cura todo”, una frase nos decían de pequeños nuestras madres y abuelas. ¡Y tenían razón¡ porque el agua de mar tiene propiedades terapéuticas conocidas desde los tiempos de Hipócrates, pero fue gracias a René Quinton cuando se inició la Terapia Marina. Este científico francés demostró que la sangre humana tiene una composición muy similar al agua de mar, por lo tanto, cualquier ser vivo puede ser considerado como un “acuario marino”.
El agua del mar tiene una composición similar a la que tiene el plasma sanguíneo y es muy rica en oligoelementos, yodo, potasio, zinc, etc., que el agua dulce no posee. Estos oligoelementos son muy eficaces a la hora de tratar algunas enfermedades.
Nuestra piel absorbe estos elementos marinos, mediante osmosis, cuando entramos en contacto con el agua del mar aprovechando todas sus propiedades.
Estas propiedades antibióticas del agua marina, ejercen un gran efecto terapéutico en nuestro organismo, con efectos muy beneficiosos para nuestra salud.
Algunos facultativos utilizan la llamada "Terapia Marina", que consiste en administrar a los pacientes agua de mar, ya sea mediante baños e ingerida en pequeñas cantidades. Y esto contribuye a la renovación y nutrición celular completa. Pues consideran que con ello se devuelve a nuestras células su equilibrio, proporcionando todos los minerales necesarios para una correcta función celular.
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